¿Cómo le digo a mi hijo que no llore?

Pues habrá que volver a intentarlo. Así es la vida. A veces maravillosa. A veces terriblemente cruel. El Atlético perdió en la tanda de penaltis un partido que empató tras haber fallado un penalti. El primer tiempo fue mejor el Madrid, aunque el gol fue en fuera de juego. En la segunda parte el Atlético mereció el empate e incluso remontar. El partido llegó a la prórroga y el Atlético parecía más vivo, pero murió en los penaltis. El destino cochino y el poste le hizo una guarrada a Juanfran y a todos los atléticos que ayer tuvieron otro momento de bajada.

A la tercera no fue la vencida. Es muy difícil llegar a una final de una Copa de Europa. Ganar la Champions es harto complicado. Pero cuando la has acariciado tres ocasiones ciertamente fastidia más. Pero así es la vida. A veces maravillosa (enhorabuena a los madridistas por su Undécima). A veces terriblemente cruel. Y te hace llorar como estoy llorando yo al juntar estas líneas en San Siro. Unas lagrimas que no puedo disimular ante mi hijo que solloza a lágrima viva. Le he explicado que esto es un juego. Que no hay que llorar si se pierde. Que hay cosas más importantes. Pero le estoy mintiendo porque en el fútbol se sufre y se disfruta como en la vida. En la vida cuesta mucho salir adelante. Y hay muchas injusticias. Pero mientras podamos respirar podemos seguir luchando. Y el Atlético volverá a levantarse y volverá a intentarlo. Mientras podamos respirar, seguiremos creyendo y seguiremos luchando. Hasta la victoria siempre. Hasta el infinito y más allá.