¡¡¡Rey de Reyes!!!

Héroes. Con Modric quitándose el vendaje y el músculo desgarrado, Bale, Marcelo y Cristiano cojos, literalmente, y la afición del Atleti atronando desde el Fondo Sur de San Siro… Pero en esos instantes donde las casas de apuestas y la lógica se vuelcan con el equipo que va lanzado con la corriente a favor, emergió el Madrid como un coloso de mil cabezas. Sergio Ramos, quién si no, ganó el sorteo de campos para la tanda de penaltis. Se tiraban en la portería del Madrid. Eso fue como un gol en el minuto 93. La afición madridista se levantó eufórica y lo vio como un guiño del destino. El Cid después de muerto. La tanda ya la habrán leído en las páginas anteriores, pero les confesaré que cuando lanzó Cristiano me emocioné como un niño chico. La diferencia entre el éxtasis y el hundimiento es tan fina… Su gol fue una liberación. La gloria. ¡LA UNDÉCIMA!

Nacidos para ganar. El Madrid es prisionero de su inigualable historia. Pueden pasar tornados, huracanes y tifones que casi cada año le vemos coronando el Everest del fútbol. Y eso se llama Champions, ahora, y Copa de Europa, antes de 1993. Esta maravillosa película se empezó a rodar hace justo 60 años. En París, la Torre Eiffel fue testigo del triunfo sobre el Stade Reims. Desde aquel heroico 4-3, han ido cayendo Copas de Europa hasta completar un equipo entero: 11. Nadie se acerca ni siquiera en la lejanía. El Milán queda cuatro atrás (7) y los presuntos herederos del Imperio quedan en las Antípodas con 5 (Barça, Bayern y Liverpool). Ser del Madrid es una maravilla. Sabes que casi siempre vas a acabar tocando pelo. Encima, del bueno. Del más envidiado. En Milán no fue diferente a otras ciudades que han visto como la bandera blanca del Madrid ha sido clavada con el orgullo de los campeones. Lisboa, Glasgow, Ámsterdam, Bruselas, París… Hemos ganado tantas que algunas ciudades se repiten. Cristiano tiene cada vez más claro por qué cambió Old Trafford por el Bernabéu. Su Madrid lleva dos Champions en tres años. Nadie tiene más. Nadie puede aspirar a más. Historia que tú hiciste, historia por hacer…

Talismán. Sergio Ramos sí que nació para jugar en el Madrid. Mantiene la estirpe de los Pirri, Camacho y Fernando Hierro. Coraje, orgullo y compromiso. En Lisboa metió un gol que le hizo pasar a la historia. Pero en vez de vivir del cuento y de aquel remate inolvidable, se había reservado en su mochila de los sueños otro gol de los que valen las renovaciones de contrato que quiera. Aunque después el gol de Carrasco nos llevará hasta el drama del ‘extra time’ (la prórroga, para entendernos), el sevillano fue de los que aguantó el barco achicando agua como un titán. Sergio es un gran ‘capitano’, como dicen aquí en Italia. Y encima es talismán. Levantó la Undécima como capitán. Y con él llegará la Duodécima. Escrito queda.

¡Cómo no te voy a querer! Mi pequeño Marcos (ya lleva tres Champions desde que nació), mi sobrino Nico (al que quiero como un hijo más) y mi Luci sufrieron y gozaron de la Undécima con los amigos de la Peña de Arévalo. Me llamaron entusiasmados. Los niños son el reflejo de la vida. El fútbol es magia para ellos. Por eso con el fútbol no podrá nadie. Y a los atléticos, felicidades de verdad. Se merecen ya una Champions. Yo aplaudiré el día que lo consigan. Pero hoy nos toca a nosotros. We are the Champions. ¡HALA MADRID!