Todo empezó con varias faltas seguidas del Atlético en los 9 primeros minutos, que puso de entrada el partido donde quería el equipo rojiblanco, ya que no eran jugadas peligrosas pero sí contundentes. La cosa se calentó y esto provocó la entrada peligrosa de Carvajal a Griezmann con contacto, que supuso la primera tarjeta del partido.

En la primera parte hubo dos jugadas que merecen ser comentadas. En el minuto 14, en una falta que saca Kroos al área y peina Bale, el balón llega al área y marca gol Ramos, que está en fuera de juego por muy poco. Él y Savic se van agarrando. El colegiado debió anular el gol a instancia del árbitro asistente, que no le señaló nada.

La otra jugada se dio en el minuto 29, en un balón largo al área que Griezmann logra chutar y Ramos, dentro del área, sale al cruce saltando. La pelota parece que le da en el cuerpo y no en el brazo, pero creó dudas por los gestos del jugador del Madrid.

En la segunda parte, Clattenburg sacó siete tarjetas más, repartidas con buen criterio y también a quien se lo pedía con vehemencia. En el minuto 46’, Torres, dentro del área, adelanta el pie izquierdo para ganarle la posición a Pepe, que pica y le mete los tacos en la pierna derribándole. El colegiado, con buen criterio, pitó el penalti.

En el 78’, Carrasco no está en fuera de juego cuando marca. Además, si no llega a perforar la portería el árbitro debía haber señalado penalti de Lucas Vázquez, que le va agarrando. El gol es legal.

En el minuto 92, sí es verdad que hay una entrada peligrosa de Ramos, que le supone tarjeta amarilla, pero la acción no era de tarjeta roja. Sí amonesta a Gabi por protestar airadamente pidiendo la expulsión del jugador del Madrid.

Clattenburg llevó el partido con buen criterio, fue serio y acertó en casi todas sus decisiones. El único error fue el del árbitro asistente, que no señaló el fuera de juego de Ramos.