Sigue la maldición

Una pena. A la tercera tampoco fue la vencida. La tercera intentona acabó con derrota y otra vez de forma muy cruel, en la lotería de los penaltis. No, no tiene el Atlético esa pizca de suerte en el momento decisivo que necesitan los campeones. No la tuvo en Bruselas, tampoco en Lisboa ni ahora en Milán. Lo tuvo cerca, muy cerca, pero se escapó. Enhorabuena al Real Madrid, tocado por la varita divina en esos instantes donde el éxito puede caer para cualquier lado. Fue una final donde hubo de todo, momentos de buen fútbol, otros de no tanto, nervios, ocasiones... Una final de Liga de Campeones.

La afición. Milán fue una fiesta, como hace dos años lo fue Lisboa. La ciudad italiana estuvo tomada por las aficiones de los dos equipos, que volvieron a dar un gran comportamiento. Lástima el impresentable que tiró algo al autobús del Atlético. Pero hubo buena sintonía entre las dos hinchadas, cada uno defendió sus colores como supo y pudo y la gente se lo pasó en grande. Lo siento por el viaje de vuelta de tantos aficionados que soñaron con levantar ese título maldito. Es lo peor, regresar perdiendo, regresar pensando el motivo por el que el Atlético no fue campeón.

Los chicos. Marina, Adrián, Alejandro, Ignacio, Ana... Nunca vi a mi Adri con esa alegría en la cara ni esos ojos tan pendientes de captar todo lo que sucede en un partido así. No queda otra que levantarse y volver a pelear. Levantarse y luchar por ese trofeo de nuevo, con ilusiones renovadas. Chavales, hay que animarse. Perdimos, pero si hay que hacerlo, que sea así, sin nada que reprochar a ninguno de los nuestros, mirándoles a la cara con agradecimiento por lo hecho. Este equipo ha ido reclutando más y más atléticos cada vez, en cada partido, en cada jornada... Nos ha emocionado ante el Barcelona, frente al Bayern... Y lo seguirá haciendo. Me imagino la cara de mis niños llorando, como de otros muchos chavales... y no tan pequeños. Esperando la rueda de prensa del Cholo veo alguna lágrima que otra. Nos tocará aguantar alguna broma que otra, felicitar a los amigos madridistas y volver a ponerse esa camiseta de la que estamos orgullosos. Chicos, ahora más que nunca, con la rojiblanca.

Juanfran. No hay que pedir disculpas, señor Juanfran. Cuando uno defiende ese escudo como lo haces tú, no hay nada que disculpar. Si hay alguien optimista y positivo dentro de ese equipo, es Juanfran. El palo escupió el balón hacia fuera. Mala suerte. No hay más explicación. Si hay algún futbolista que en el verano estará pensando en el asalto a la Champions, serás tú. Ante el PSV, en el penalti decisivo, salió cara; ayer fue cruz para el lateral de la Selección.

El verano. Toca descansar, reponer fuerzas, pensar en todo lo que nos ha pasado en este año tan largo y de tantas emociones. Y soñar. Seguir soñando. Los de Colmenar Viejo, los de Entrevías, Julio de las Heras, Santi, los que estuvieron en Milán dejándolo todo. Y los que no pudieron ir. Hay imágenes que a uno se le quedan grabadas para siempre y una es ese fondo animando a los suyos. “Tus valores nos hacen creer”. Eso se leía en la pancarta de ese fondo. Esos valores harán que nos levantemos pronto. El Cholo puede estar orgulloso de este equipo. Y nosotros de él. Esa maldición acabará algún día. No nos puede perseguir eternamente.