El triunfo de la experiencia

Qué lejano parece ya aquel triunfo de Tom Dumoulin en la crono inicial. ¡Cuántas cosas han pasado en este Giro de Italia! Y, sin embargo, el desenlace ha sido prácticamente calcado al que pronosticaban las casas de apuestas en aquel 6 de mayo. Han clavado dos peldaños del podio: Vincenzo Nibali, primero, y Alejandro Valverde, tercero. Y han fallado en el segundo: Esteban Chaves en lugar de Mikel Landa. Entró un escalador por otro, así que el disparo tampoco iba tan desviado. Pero la predicción no cumplió siempre la lógica durante toda la carrera. Al contrario, las alternativas han sido múltiples. Y ahí ha estado la grandeza de este Giro, la emoción y el espectáculo. Hemos pasado de la pujanza de Dumoulin a la oportunidad perdida de Landa, de la fortaleza de Steven Kruijswijk a la frescura de Chaves... Y, al final, en sólo dos días, el pronóstico ha vuelto a su sitio: a la veteranía, el inconformismo y el coraje del ‘Tiburón del Estrecho’.

Como analizó Alberto Contador, “al final ha ganado el corredor con más experiencia y que mejor sabe gestionar las tres semanas”. Lo mismo se podría aplicar al podio de Valverde. Una grande no la lidia cualquiera. Puede haber sorpresas, claro: Hesjedal, Horner, Cobo, Pereiro... Pero quienes mandan en el palmarés son los campeones. Nada es casualidad. Ni siquiera que el más fuerte se caiga en persecución de sus rivales. Los puertos se suben y se bajan. Y, a propósito de subidas, este Giro no se ha decidido en metas en alto, sino en grandes montañas intermedias. Igual que la pasada Vuelta en la Morcuera. Tampoco es casualidad. Nada lo es.