Ni domadores ni lagarteranas

Hace cuatro años fui testigo casual del envío que recibió Miguel Cardenal días antes de viajar a los Juegos Olímpicos de Londres. Era una gran caja del Comité Olímpico Español. La abrió y su estupor fue en aumento según iba sacando prendas. Era una equipación completa del equipo olímpico. No es necesario recordar las bromas, chuflas y hasta preguntas en el Congreso que despertó aquella equipación. Esta vez nadie se preguntará si nuestros deportistas van vestidos de domadores o de lagarteranas. Joma les vestirá en Río de una manera un tanto correcta. Clásica, pero con toques modernistas en la ceremonia inauguración —para las mujeres, manga francesa—, que es la pasarela donde queda reflejada la imagen de cada país.

Los colores que predominan son el rojo, el blanco y el gris. Diseños muy sencillos, algo nada fácil de conseguir, por cierto, en el mundo de la moda. Nadie se sentirá molesto por lucir esas prendas. La pretensión es que incluso fuera del deporte se puedan poner. Para que un jardinero, una bibliotecaria, un panadero, un médico o un abogado también se puedan sentir olímpicos, según reza el anuncio de Joma, al más puro estilo España cañí, estrenado durante la presentación de las indumentarias. Joma no deja de ser una marca española, con sede en Portillo de Toledo, y justo que sea la Marca España quien vista a nuestros olímpicos. Sobre todo si, como va a suceder esta vez, lo hace con sencillez, que en la moda también es sinónimo de elegancia.