La Selección intenta abrirse paso entre el eco de nuestras dos finales europeas. Ganó anteayer a Bosnia (¡qué dos goles de Nolito!) y ayer Del Bosque pulió su lista, tras licenciar a los meritorios que han cubierto su guardia y de los que uno, Bellerín, ha pasado la criba por la lesión de Carvajal. Así es la vida, lo que es dolor para uno es oportunidad para el otro. Hay un tercero, Mario, que jugó muchos partidos de la clasificación y que finalmente no va porque la primera lista le quedó grande y la de meritorios, chica. Así es el fútbol, como la propia vida. Las oportunidades aparecen y desaparecen, a capricho.

Los descartes de Isco y Saúl han provocado la correspondiente polvareda. Hoy hay partido, en Salzburgo (una de las ciudades más bellas que conozco), ante Corea del Sur. Aún no estarán ni madridistas ni atléticos, que disfrutan ahora las minivacaciones que ya agotaron los finalistas coperos de España,  Inglaterra, Portugal y Alemania, listos ya para el partido de hoy. Unas cosas y otras nos recuerdan de golpe que la Eurocopa ya está ahí. Empezará el viernes 10, o sea, dentro de nada y menos, como se decía antes. Aunque a España no le tocará hasta el lunes 13, ante Chequia.

Hoy, Corea del Sur, decía. La entrena un viejo conocido, Uli Stielike. De Corea del Sur arrastramos un mal recuerdo, el del arbitraje de Al Gandour en el Mundial que compartieron con Japón. Todo un desfalco. Pero no crean que quedamos regañados  por eso. Desde aquello, este es el tercer amistoso que jugamos contra ellos. Ya hubo uno en Innsbruck en 2010 y otro en Berna en 2012. Este es el tercero. Quien relacione eso con que el hijo de Villar, Gorka, está casado con una coreana es que es un mal pensado. Los otros dos los ganamos, esperemos que éste también. En fin, que se viene la Eurocopa.