La Liga de las chicas merece la gabarra

Las chicas conquistaron este domingo su quinta Liga, lo que convierte al Athletic en el club de nuestro país con más títulos de Liga femeninos. Lo hacían nueve años después de conquistar el último y tras destronar al Barça de su dominio en los últimos cuatro años. Esta sucesión de hazañas, unido a la corriente ascendente del fútbol femenino en los últimos años y a la reivindicación de igualdad de trato para las mujeres deportistas, ha animado a muchas y a muchos a reivindicar el derecho de las chicas a celebrar su título surcando el Nervión en la famosa gabarra.

Ya se acercan a 30.000 las personas que han firmado la petición por Internet, las mismas más o menos que en varias ocasiones han acudido al viejo San Mamés a apoyar a las chicas en sus momentos cumbres. Es cierto que esas 30.000 quedan lejos del millón de aficionados que aglutinó la gabarra para celebrar los títulos de aquel memorable Athletic campeón de Liga en 1983 y el del doblete de Liga y Copa en 1984. Pero no creo que la posibilidad de desempolvar la gabarra sea una cuestión discutible en función del número de aficionados que puedan atraer las chicas.

Es cierto que las chicas no mueven tanta afición como los chicos, pero si precisamente por algo se caracteriza el Athletic es por tener una afición que respeta al máximo a sus ‘neskak’ (chicas). Estaba en Bilbao cuando el Athletic Femenino ganó su primera Liga, en 2003, tras golear al Hispalis en San Mamés y tengo que reconocerlo, nunca he vuelto a ver en España a tanta gente portando las camisetas con el nombre de las chicas de su club.

Porque no basta con decir cuánto se respeta a las chicas, también hay que demostrarlo, con un homenaje que hubiera quedado para siempre en la memoria y que hubiera servido para impulsar un poco más al fútbol femenino. Porque todo el mundo recuerda aquellos días en que las chicas llenaron San Mamés. Hubiera sido bonito que también se hubiera recordado este quinto título del Athletic, uno de los clubes que más cuida a sus chicas, como aquel que rompió una nueva barrera para el fútbol femenino. Porque un título de Liga no se gana todos los días. Porque un título de Liga bien merece la gabarra.