Vinieron a Francia muchos que no debían

Ayer un importante periódico inglés ya se estaba “curando en salud”, como se diría en España. En un gran artículo, un experto británico de los hooligans explicaba que la policía francesa no sabía controlar a esos energúmenos, ni usaba los métodos adecuados para advertir de posibles desbordamientos. Como si esos sujetos de la corona británica ya olían que sus compatriotas la iban a liar en Marsella… Y ahora, frente al escándalo mundial, los medios ingleses parecen buscar excusas para explicar lo ocurrido. Acusan a los rusos de haber atacado a los aficionados de su selección, dicen que ultras de Olympique vinieron a “provocar” a los suyos, reprochan a la organización de la Eurocopa que el partido haya sido programado a las nueve de la noche (mucho tiempo para beber) y casi culpan a los bares de la ciudad de haber servido cerveza.

Los rusos se han portado como salvajes, eso sí, pero lo ingleses también, y durante más tiempo. Mirar la paja en el ojo ajeno es lo peor que puede pasar porque ya se sabe en Francia que las autoridades británicas han autorizado esta vez la salida de su país de hooligans que llevaban años retenidos en las islas y que muchos ultras violentos de pequeños clubes de tercera o cuarta división se han unido al grupo. Mejor que dejen de señalar con el dedo a la policía francesa, que bastante trabajo y preocupaciones tiene ya con la lucha contra los terroristas.