Deseos no son probabilidades

El Consejo Superior de Deportes ha realizado un estudio sobre las probabilidades de medalla en Río. Es una práctica habitual que realizan los técnicos del Consejo, generalmente acertada. Conviene diferenciar que una cosa son las medallas y otra, las probabilidades. Con las medallas hay que estar de acuerdo, pues se han ganado el crédito por sus aciertos en ediciones anteriores. En lo que esta vez conviene desconfiar es en su análisis de probabilidades. Creo que esta vez, quizá influidos por criterios para crear optimismo, han confundido deseos con probabilidades. Dan probabilidad, por ejemplo, de cinco medallas en el tenis. Es decir, subiríamos al podio en todas las modalidades: individual y dobles masculino y femenino, y dobles mixto.

¿Posible? Sí. ¿Probable? Pues no. A no ser que hiciéramos doblete en alguna modalidad, lo cual es menos probable aún. ¿Qué Nadal, Garbiñe, Carla Suárez y el doble masculino que vaya quieren subir al podio? Por supuesto. ¿Lo van a conseguir? Pues las probabilidades de que todos ganen medalla son tan reducidas que no convendría tenerlas en cuenta para no crear un estado de optimismo que desembocara en frustración. Como las seis probabilidades que se anuncian en natación. Waterpolo, Mireia Belmonte y..? Si del waterpolo sale una medalla, dos a lo sumo, ¿cuántas tendría que ganar Mireia? ¿Eso es cargarla de una responsabilidad que no le corresponde. Esta vez el Consejo ha ido demasiado lejos y convertido en probabilidad el deseo de nuestros olímpicos