P. P. San Martín

Jordi Alba fue el arma nuclear

España dio una vuelta de tuerca y mejoró respecto al partido con Chequia. ¿Por qué? Por determinación en ataque, porque se pisó área rival con más sentido, porque se bajó de 694 pases a 619 en una muestra de más rapidez y menos elaboración parsimoniosa... Y porque ayer algunos jugadores multiplicaron su rendimiento, como fue el caso sobresaliente de Jordi Alba, convertido en un arma nuclear que destruyó a Turquía. Sus enésimas entradas por el carril, desde el primer minuto, fueron una fuente permanente de jugadas de ataque para España.

España volcó sobre el carril izquierdo hasta un 42% del juego en cada periodo. Por comparación, por la derecha se jugó un 24% en el primer tiempo. Jodi Alba mezcló muy bien con Nolito, sin estorbarse, metiéndose el del Celta más en diagonal al área, culminando con un pase fantástico a Morata para el primer gol y un remate de ambición y astucia para firmar el segundo. Esto es lo que se esperaba del extremo de España y que no mostró del todo ante Chequia.

Lo curioso es que ayer se remató menos (18, seis a puerta) que ante los checos (21, cinco a puerta), pero ante Turquía ha sido más repartido y con más criterio. Ayer remataron tres veces Silva y Nolito, y en cinco ocasiones Morata. Aún se espera más de Cesc Fàbregas, que sigue tibio.

El dominio total de España (61% de posesión) indica su fútbol de control, que ayer fue más fluido que en el debut, mejorando el posicionamiento de los jugadores. En este sentido cabe subrayar que, una vez más, Iniesta dio una lección de fútbol dejando a Turquía y a sus aficionados boquiabiertos.

Gran llegada. Alba entró una y otra vez por su lado, coordinándose muy bien con Nolito, que se metió más adentro. Alba fue un extremo total, con Iniesta sirviéndole preciosos balones interiores.

Nolito, decidido. Nolito tuvo más presencia en área que ante Chequia. Fue decidido, atrevido y una pesadilla para Turquía. Su gol fue el reflejo de la fe, entrando al error del defensa.

Protección total. Bruno entró por Silva para formar pareja con Busquets con 3-0. Del Bosque dio un giro conservador sin necesidad de arriesgar más. España sólo tuvo un susto al final.