Seguramente será porque la Eurocopa tiene lugar en Francia, la tierra de Emile Coué y de su método de autosugestión consciente, que los responsables de la UEFA se muestran tan contentos en el tema de seguridad. Repitiendo varias veces que “están satisfechos”, intentan convencerse a ellos mismos… ¡y a nosotros! Sin embargo, el cuadro no es tan bello como lo pintan y los errores cometidos por el organismo europeo están atribuidos generalmente a las autoridades del país organizador y, en este caso, dañan la imagen de Francia. Porque está claro que el gran público no sabe distinguir las competencias de cada uno en una fase final de este tipo.

Si es cierto que las fuerzas del orden de la República Francesa son responsables de lo que ocurre en las calles, su tarea fue todavía más difícil porque el Reino Unido y Rusia dejaron salir a unos “salvajes”, que hubieran tenido que ser privados de pasaportes. Pero lo de las batallas dentro del estadio en Marsella y lo de las bengalas que pararon el República Checa-Croacia son únicamente competencia de la UEFA. Un poco de autocrítica no vendría mal para prevenir futuros problemas. Y prefiero no hablar de la seguridad física de los futbolistas, que tienen que jugar sobre céspedes tan indignos como peligrosos. Otra responsabilidad de la UEFA…