Islandia, qué grandes que son

Puede que, tal y como les despreció Cristiano Ronaldo tras empatar contra ellos en Saint-Ettiene, los islandeses tengan una mentalidad pequeña, pero son grandes en muchas otras cosas.

Muy grandes en la fe que le ponen a cada uno de sus partidos, muy grandes en las celebraciones con sus aficionados, muy grandes en la movilización del ocho por ciento de su población hasta Francia, muy grandes en la solidaridad entre sus futbolistas, muy grandes en la falta de divismo que hace que en ese equipo sean todos iguales, muy grandes en su relación con los medios de comunicación, muy grandes en sentido del humor porque han pasado de los desprecios de los divos con una sonrisa y muy grandes porque con su actuación han prestigiado el deporte del fútbol que otros con sus criaturadas y su marketing empequeñecen cada día a pesar de que son extraordinarios jugadores y equipos.

Islandia se medirá el próximo lunes en Niza a Inglaterra por una plaza en los cuartos de final. Obviamente, no son los favoritos y lo más probable es que caigan eliminados. Es una posibilidad, pero también parecía seguro que se iban a ir a casa a las primera de cambio porque “tenían una mentalidad pequeña y así jamás iban a ganar nada”. Algo, seguro que ya han ganado, el cariño de todo el mundo del fútbol, cosa que otros, por mucho que ganen, jamás conseguirán.