La decisión la tienes tú, Isco

Me consta que al tercer entrenamiento que realizó Zidane con su plantilla en Valdebebas, nada más sustituir a Benítez, dijo a uno de sus allegados: “Qué bueno es Isco. Por sus recursos técnicos es el que más me recuerda a mí”. No olvidemos que Zizou era también un artista con el balón, capaz de hacer prodigios en el control y siempre dispuesto a regalarle a la grada algún lujazo de esos que justifican el precio de una entrada. Por eso Isco ponía en pie a La Rosaleda y por eso Isco era coreado cada fin de semana en el Bernabéu e incluso en sus apariciones con la Selección Española.

Pero el curso pasado Isco dejó de hincar los codos y empezó a sacar malas notas. Falta de intensidad, de atención y una aparente falta de alegría que se contagiaba en su fútbol de dibujos animados. Isco llegó a frustrar a Zidane y tocó fondo con aquella rabieta en Las Palmas cuando fue sustituido. A partir de ahí, el malagueño vio las orejas al lobo y volvió a ser Isco. El entrenador lideró su operación rescate y fue devolviéndole el protagonismo que todos anhelábamos. En la final de Milán quedó claro. Se queda Isco. Bueno para el Madrid.