Del Bosque no supo irse a tiempo

Del Bosque se ha ido de la Selección en medio de un ruido inusual en sus ocho años de seleccionador. Su histórico triunfo en 2010 en Sudáfrica, donde España ganó su primer Mundial, y su exhibición en la final de la Eurocopa 2012, con una goleada histórica ante Italia, le daban un crédito que parecía ilimitado. Pero los tropiezos sonados en el Mundial de Brasil, donde la Selección se volvió a las primeras de cambio, y de la Eurocopa de Francia, en la que no ha pasado ni de octavos, han hecho olvidar sus victorias y se le ha despellejado inmisericordemente como a todos los seleccionadores.

Su forma de actuar desde la eliminación, contestando que tenía que hablar con Villar cuando le preguntaban por su futuro, y su indiscreción en la SER con Casillas, han desatado las críticas. Del Bosque se dio un abrazo con Iker, pero ese bonito gesto no despejó las dudas que vertió sobre el ser humano que más veces se ha enfundado la camiseta de la Selección. Y en Al primer toque reconoció que se había equivocado por su ataque público a Casillas. Lo lógico era que Del Bosque se hubiera marchado por la puerta grande tras ganar la Euro 2012. Pero le pasó como le pasa a muchos españoles: no supo irse a tiempo. Es difícil tomar esa decisión y marcharse subido en la cresta de la ola. Del Bosque priorizó el bienestar de su cuerpo técnico. No se fue por no dejar tirados a Grande y a Miñano. Por ellos se equivocó atacando públicamente a Casillas. Y por ellos va a hacer lo imposible para que sigan en la Selección. Otra cosa es si ellos se han ganado seguir...