Cristiano muta; sueña Portugal sueña

Puede que fuera él o puede que alguien se lo hiciera ver, pero Cristiano Ronaldo ha cambiado su actitud para bien desde que empezó la Eurocopa y Portugal ha sido la gran beneficiada de esta mutación. Cristiano empezó el campeonato enfadado por todo y metiendo la pata hasta el corvejón con las declaraciones que realizó después de que Portugal, pese a darle un baño a Islandia, no pasara del empate contra el modesto equipo vikingo. El desprecio de Cristiano a los islandeses, con sus declaraciones tras el partido, le afectaron a él y al resto del equipo, que vivió en un estado de nervios que se consumó el día que la estrella lanzó al lago el micrófono de un medio luso especialmente agresivo con su persona.

A partir de ahí, Cristiano cambió (o alguien le hizo cambiar) y se salió ante Hungría rescatando a su equipo cuando peligraban los cuartos. Se apartó de los medios, dejó de hacer declaraciones altisonantes, salió a firmar autógrafos en Marcoussis donde la colonia portuguesa de París monta guardia esperando verle, se hizo selfies con espontáneos y el miércoles, tras clasificar a Portugal para la final de París, confesó que él era únicamente “uno más de 23” y felicitó a Bale por la Eurocopa que ha protagonizado País de Gales. Cristiano tiene un compromiso con su país que supera sus ambiciones personales, tiene también una espina clavada desde la derrota ante Grecia en la final de Lisboa del 2004 y ha entendido que si no es uno más del equipo, no se la podrá sacar. Con un Cristiano así de comprometido, Portugal puede soñar con la gloria el domingo, con el que sólo pensaba en él y estaba enfadado con el mundo, no.