Cristiano, Messi y el alma de los equipos

El azar. Poco a poco fue escalando Portugal hasta lo más alto posible hasta ahora en la Eurocopa. El fútbol es un milagro del azar y de la calidad, que a veces no van juntas. Francia no fue mejor que Alemania, pero se clasificó. Y Portugal no fue mejor que casi nadie, pero venció con una combinación de azar y calidad. La calidad la puso Cristiano, que es su alma. Y en el caso de Francia, Lloris y Griezmann ayudaron a que la calidad, que fue alemana, no venciera al azar, que fue francés, aunque tuvo nombre alemán, Schweinsteiger. El azar desde ahí se deslizó contra Alemania, igual que favoreció a la selección de Cristiano.

El espíritu. En estas competiciones no importan tanto el azar y la calidad como el alma. A España le rondó un descuido, la falta de alma, de entusiasmo de sus futbolistas, y por eso se vino a casa pronto. Sin embargo, Portugal y Francia, sobre todo, disponen de ese alma de ganar que acompañan a las trayectorias individuales de Griezmann y de Cristiano. Con ese entusiasmo que despiertan en sus casas se fueron a este campeonato y han conseguido, con la ayuda de otros, galvanizar a selecciones que a priori no eran favoritas. Esa alma es la que los ha hecho llegar hasta aquí. El alma de los jugadores es más importante que su peso en las alineaciones.

El regocijo. El alma de los jugadores no basta, y no todos desprenden, como Griezmann o como Cristiano, esa sensación de que van a arrastrar consigo el entusiasmo de ganar. Hace falta también el alma… de la afición, y no todos la despiertan. Hace unos días almorcé con dos buenos madridistas, de los que se toman el escudo con filosofía pero nunca se desprenden de él. Me contaron, con el regocijo que ustedes pueden suponer, que era muy posible que Neymar recalara en el Madrid. Quizá para conseguir que me apesadumbrara, me contó uno de ellos que el padre del futbolista brasileño de tan controvertida historia económica en el Barcelona, había sido visto con un alto directivo madridista. De modo que, me quisieron decir, ya ese fichaje estaba a punto. ¿Qué drama había? Neymar no ha logrado aún cuajar en el alma azulgrana, al contrario que Messi. Aún no pasa con Neymar. Que se hubiera ido hubiera sido el drama de una semana. Si se fuera Messi el drama sería eterno…, por un tiempo.

La pena. Esta pena que le acaba de caer a Messi por cuestiones fiscales es una lesión del alma azulgrana. Por eso hay que entender que, resuelto el asunto Neymar, que no es tan del alma del equipo y de la afición, ahora los seguidores blaugrana estemos en un ay. No es difícil entenderlo, si los madridistas y los atléticos, por ejemplo, se ponen en nuestra piel y piensan qué sucedería si estuvieran en la misma situación Cristiano o Griezmann. Es la pena de la incertidumbre, algo que los aficionados llevamos como una cruz. Qué va a pasar con Messi. Qué tremenda pregunta.