Rulli, Jonathas y Vela. Son los tres protagonistas de la casa de los líos en la que se ha convertido Anoeta. A la Real se le acumulan los problemas con puntales de su plantilla. Son casos diferentes, pero igual de complejos. Y lo que es peor, todos tienen un aire de indefinición que hacen que su final sea una incógnita. Empecemos por el que parece más sencillo, Vela. A priori, cumple con el compromiso que adquirió con Aperribay y Eusebio en la gira de Estados Unidos: quedarse convencido de volver a triunfar. Su primera declaración ha sido de intenciones: “Confía”, le dijo a una aficionada. Habrá que hacerlo. De momento, no ha podido entrenarse.

Con Jonathas hay que buscar la fórmula que deje más dinero. Se ha devaluado y sus ganas de irse no ayudan. El Rubin le quiere. No a cualquier precio. Está claro que debe salir, y cuanto antes, pero las prisas... La palma se la lleva Rulli, que se quedará, pero nadie sabe cómo. La Real tiene poco que decir. No se movió mal, pero sufre otra vez a los fondos de inversión, que te sacan la sangre hasta el final. Es lo que hace Maldonado con la intromisión del Manchester City. Está en su derecho, ¿pero dónde queda la ética? Al acuerdo con la Real solo había que ponerle encima la firma.