Rosberg sufre: de Hamilton a Verstappen

La carrera empezó tras el safety car, lo que nos suena a engaño al aficionado, a precaución excesiva en esta Fórmula 1 en la que llegará el día en que tocaremos todo con guantes esterilizados. ¿Realmente no podía darse una salida en toda regla? Muchos pilotos opinaban que sí, que el piso tan mojado entrañaba sus riesgos pero que eso es Fórmula 1, que el vértigo es parte de su encanto. Cierto. Tanto como que a veces parece que Charlie Whiting, el director de carrera, se resista a escuchar a los auténticos protagonistas del campeonato. Como cuando uno tras uno se iban quejando por radio de que el safety car siguiera en pista.

Había previsión de tormentas, de carrera loca debido al agua, pero finalmente todo quedó en un amagar y no dar. Hamilton, Rosberg, Verstappen, Ricciardo y Raikkonen arrancaban la carrera en las cinco primeras posiciones y así acabaron. El banderazo a cuadros, tras 52 vueltas y 306 kilómetros, fue un calco de lo que dibujaba la parrilla. Así que Hamilton ganó y Rosberg vio cómo su compañero de equipo le daba un nuevo mordisco a la renta de puntos. Sólo cuatro les separan. Con Lewis creciendo y Nico menguando, con las hojas mustias y echando la culpa al empedrao. "A veces supera los límites", se quejaba el alemán de Verstappen. Tiene razón. Le ocurre todo lo contrario que a él. Y probablemente eso es lo que hace que Hamilton se crezca y luzca cada vez más su colmillo.