Clattenburg dio una lección

Clattenburg dio una lección maestra de arbitraje. El inglés hizo un primer tiempo casi perfecto, controlando el partido, dirigiéndolo y mandado en todas las parcelas, sin aspavientos. Sacó una tarjeta en el minuto 21 a Cédric por una entrada muy peligrosa con la rodilla y por detrás a la espalda de Payet. Se le reclamaron en esta parte dos penaltis que no lo fueron. El primero en el área de Francia cuando en el 41’ Fonte cae en el saque de un córner más por la disputa del balón que por el desplazamiento que reclamaba. Y en la otra área, en el 44’, tampoco hay penalti cuando Cédric le pone el brazo en la espalda a Griezmann. Y he dicho que su arbitraje fue casi perfecto porque su único error en esta parte fue no señalar, en el minuto 9, el toque a la pierna izquierda de Cristiano por parte de Payet, que le costó abandonar el terreno de juego. Existió la falta.

En la segunda parte y en la prórroga, la verdad es que lo bordó el bueno de Clattenburg. Sólo perdonó la amarilla, en el minuto 47, a Sissoko por dar en la pierna a Pepe en la disputa de un balón. Pero, sin embargo, sí acertó en todas las tarjetas que se vio obligado a sacar.

Estuvo bien asistido en las bandas, donde no hubo ni un solo error en los fueras de juego y él se dedicó más a controlar el juego y los malos modales, ya que sus errores de apreciación fueron mínimos. Pero sí es verdad que, para hacerlo tan bien, tienes que tener un poco de suerte y el colegiado inglés no tuvo ni una jugada conflictiva en las áreas. Fue un arbitraje de sobresaliente.

Caso especial, y no es justificable por los nervios y su lesión, fue la actitud de Cristiano, saliendo al área técnica, empujando a Guerreiro para que entrase sin permiso del árbitro, tras ser atendido, y ahí su actitud está fuera del reglamento. Pero hay que reconocer que tanto el árbitro como sus asistentes se dedicaron a que el partido discurriera por los cauces deportivos.