El mago Bellini y la comilona de Anquetil

Durante mucho tiempo se creyó que el desfallecimiento de Jacques Anquetil en Envalira, en el Tour de 1964, había sido a causa de una comilona durante el día de descanso. Un libro de su director, Raphael Geminiani, aclaró las razones después. La culpa fue del mago Bellini.

Este adivino gozó de cierta popularidad en Francia por sus predicciones en L’Équipe entre 1956 y 1958. Se le perdió la pista hasta que reapareció en 1964 en France Soir con un mal augurio: un ciclista cuyo apellido empezaba por A iba a morir en un descenso de la 14ª etapa. Anquetil, muy supersticioso, anduvo alicaído todo el Tour. “No quiero morir”, le decía a Jean Stablinski, su compañero de habitación. Su mujer, Janine, y Geminiani evitaron varias veces su retirada. Estaba hundido.

Julio Jiménez ganó la 13ª etapa en Andorra. Se acercaba la fecha. Durante el día de reposo se encerró en el hotel. Para animarle, Janine y Gemiani le llevaron a un barbacoa de Radio Andorra. Se sospecha incluso que la montaron ellos. En las fotos del día se le ve comiendo cordero. Algunos testigos hablan de que se pegó una comilona. Otros aseguran que no probó bocado. Seguía angustiado.

Llegó el día fatídico. Poulidor, Bahamontes y Jiménez atacaron de salida en Envalira. Y Anquetil comenzó a acumular retraso, escoltado por su gregario Rostollan, hasta coronar a 5:40 minutos. Geminiani, que hasta entonces estuvo comedido, intervino al fin: “¡Jacques, si tienes que morir, te lo suplico: hazlo en cabeza, no delante del coche escoba!”. El normando reaccionó: “Tienes razón, que sea lo que tenga que ser”. Y se lanzó en un descenso frenético para atrapar a sus rivales. Aquel sería su quinto Tour. Del mago Bellini, nada se volvió a saber.