El jurado técnico ha dado el equipo ideal de la competición: Rui Patricio; Kimmich, Boateng, Pepe, Guerreiro; Kroos, Allen; Griezmann, Ramsey, Payet; Cristiano. Así, al 4-2-3-1. Un buen equipo, aunque como para gustos hay colores todos pensaríamos en dos o tres rectificaciones, al menos. Yo, desde luego, creo que a Boateng le elimina la melonada de su penalti, vi a Payet de más a menos y echo en falta desde luego a Bale, que me ha convencido plenamente. Su ausencia sí que me parece clamorosa. No he visto otro jugador con tanta influencia en su equipo, al que llevó lejos. Ni siquiera Ramsey.

Griezmann sale elegido mejor jugador, consuelo para Francia. Me atrevería a discutirlo con Pepe, pero este es defensa y siempre damos más valor al delantero, porque lo tiene. Griezmann ha sido el filo del ataque de Francia, ha cargado con el peso del equipo, que ha vivido de sus goles, y ha estado a la altura. No marcó en la final, pero le sacó a Rui Patricio la parada del partido en un gran cabezazo, y otro se le escapó tres dedos por encima del travesaño. La derrota final le entristece y ya no piensa en el Balón de Oro, que ve en manos de Cristiano, doble campeón de Europa del año, como Pepe.

Cristiano ha sido el referente del equipo campeón, como en la Champions, así que es normal que Griezmann piense así. Julio le ha dado a Cristiano otro título más el papel de héroe herido y emocionado, que tanto ha contrastado con el de Messi, al que se le escapó un penalti fatal en la tanda y acto seguido pidió licenciarse de la Selección, y en eso sigue. Hay algo en lo que siempre ha sido mejor Cristiano que Messi: en la constancia. Uno no se imagina a Cristiano afligido y renunciando por una derrota que en realidad fue un empate. Él siempre pelea por volver. Ese es su fuerte.