La muerte de Serse y el calor tumbaron a Coppi

El 29 de junio de 1951, Serse Coppi sufrió una caída en el Giro del Piamonte y se golpeó la cabeza. Por la tarde se sintió mal y le llevaron a un hospital, pero la operación para detener la hemorragia cerebral se aplazó porque era domingo. Murió. Serse era el hermano de Fausto Coppi y, como él mismo se definía, “el gregario de su mente”.

Cinco días después comenzaba el Tour. Coppi quiso renunciar, incluso dejar el ciclismo, pero varios allegados le convencieron. Entre ellos el propio Gino Bartali, que le recordó que él también había perdido a su hermano Giulio arrollado por un coche en una carrera amateur.

Coppi se plantó en Metz sumido en la tristeza, después de tres noches sin dormir. Superó los Pirineos con dignidad: era cuarto, a 5:09 de Hugo Koblet. Pero en una etapa aparentemente intrascendente entre Carcasona y Montpellier, el mismo trazado de hoy, comenzó a acumular tiempo tras una aceleración de Koblet y Raphael Geminiani. Coppi empezó a vomitar. Hacía un calor extremo. Cinco gregarios se quedaron con él, entre ellos Luciano Pezzi, que recordó así aquel día: “Estaba agachado encima del manillar, con una mueca indefinible en su cara. Tenía la mirada vacía, fijada en el asfalto. Estaba grogui. No podía hablar, no reaccionaba”. El propio Pezzi cogió una botella de vino de un espectador y se la echó por encima. Resucitó lo justo para terminar. En la meta cedió 33:33 minutos. Pezzi, Milano y Biagioni fueron multados con 200 francos por empujarle, mientras que a Coppi le cayeron 600 por dejarse ayudar. El estrés por la muerte de Serse afloró esa jornada. Cuatro días después se rehízo y dio una exhibición en Briançon. Al año siguiente volvió para completar su segundo doblete Giro-Tour.