Al beticismo le hace falta muy poco para ilusionarse, así que seguro que se acostó ayer con una sonrisa veraniega al ver las primeras evoluciones del nuevo proyecto verdiblanco, el que dirigirá Gustavo Poyet. Temperamental y con llegada a puerta durante sus tiempos de futbolista (le recordarán bien de aquel fantástico Zaragoza), el entrenador uruguayo parece haber traspasado esas cualidades al primer Betis de la 2016-17 aunque la categoría de El Palo, la Tercera División, sólo deje vislumbrar detalles de lo que vendrá cuando los rivales sean duros.

Y más duro que el Barcelona, en el Camp Nou además, tendrá pocos o ningún enemigo el equipo verdiblanco cuando asome la primera jornada de Liga. Cualquier otro quizá hubiera tragado saliva al conocer que debuta contra uno de los Miuras de esta Liga y del mundo, pero Poyet le echó valentía. “Es la primera jornada y no tenemos excusas: hay tiempo para preparar el partido”, dijo nada más conocerse el calendario, que colocó al Sevilla en el Pizjuán también prontito, para la 5ª jornada. Igual: Poyet celebró la inmediatez del derbi asegurando que lo quería “prontito”. Carácter para partidos así, al menos, no le va a faltar al nuevo director de orquesta verdiblanco.