Álex Quillo y su Europa FC, una historia de fútbol entre el Lincoln y el Atlético

La vuelta. Como de puntillas, sin apenas ruido, la Champions ha regresado. Veintitrés días de vacaciones sólo tuvo. El 20 de junio fue su primer sorteo. El 28, un mes después de la final en San Siro, su nuevo balón comenzó a rodar, sin que muchos, aún, hayan tenido tiempo para dejar pasar la alegría o el dolor que dejó Milán. Da igual. El fútbol nunca para: no hay mejor cura para la derrota que lo que el próximo mayo pueda traerte. El destino ahora se llama Gales, Cardiff. En sus primeros cruces, habituales que nunca alcanzan la fase de grupos (el Flora de Estonia, el B36 de Islas Feroe...) y alguno que sí, como el Astana kazajo. En algo coinciden todos: el Atleti y su lucha contra el poder establecido es inspiración. La del Lincoln Red Imps podría decirse que es la primera Cholo historia de esta Champions.

La roca. Y es que el Lincoln de Gibraltar es la foto del verano del nunca dejes de creer. En la segunda ronda previa de la Champions, el bombo le puso enfrente a un campeón de la vieja Copa de Europa, el Celtic. En el partido de ida, David le ganó a Goliat; 1-0. El gol lo metió Lee Casciaro y, desde el miércoles, su teléfono lo que nunca deja es de sonar. Futbolista en sus ratos libres, su profesión es Policía. Ha tenido que cambiar los turnos de esta semana que entra en su Comisaría para poder jugar la vuelta en Escocia.

Gibraltar de moda. Álex Quillo es un nexo entre Gibraltar y el Atleti. De corazón rojiblanco, fue también su canterano. Hoy el estadio del Lincoln, el Victoria, es su estadio. Sólo hay uno en La Roca y todos lo comparten, como Inter y Milán San Siro. Los de Quillo son los colores del Europa FC, que esta semana buscará levantar el 1-0 de la ida de la segunda ronda de la Europa League ante el AIK allí donde el Lincoln le ganó al Celtic. El césped artificial será su arma. “A estos equipos les cuesta...”. Para Quillo, el Europa FC es su primera Europa aunque podría ser la segunda: estuvo a punto con el Atleti. Aguirre una vez lo convocó para un partido en Moscú. Era 2009, salía con el B de Butarque y bastó una pregunta para meterle en el avión: “Oye, ¿tú tienes el pasaporte en regla?”. No jugó.

Portero en Carpo. Codina, ese portero que hace un año acarició la fase de grupos de Champions con el APOEL, también está de vuelta. Firmó por el Reus y cuando pise Madrid, sí o sí, lo celebrará en Carpo, el restaurante healthy de su amigo Moyá que, en muy poco, se ha convertido en must (imprescindible) para el hincha rojiblanco, cuyo equipo esta Champions buscará de nuevo no sólo ser inspiración, sino también volver a hacer mucho, mucho ruido.