Morata no es moneda de cambio

El Madrid es consciente de que Morata anda con la mosca detrás de la oreja y hace bien en negar tajantemente cualquier rumor sobre la salida del delantero, convertido en objeto de deseo del verano. Giménez es un buen central, con posibilidades de convertirse en un jugadorazo si templa nervios y aprende el oficio, pero su valor de mercado no es comparable al del goleador. Zidane ha sido rotundo ante el club poniendo a Morata en su lista de prioridades y cualquier movimiento extraño sería mal entendido por todas las partes. Álvaro, que con todo el derecho está repitiendo constantemente que ya no es el chaval en período de formación que se salió del Madrid para crecer, ha recortado sus vacaciones porque sabe que el movimiento se demuestra andando.

Necesita comprobar de primera mano que todo lo que le han susurrado al oído es verdad y aspira a sentirse importante desde el primer momento. Nadie le garantiza la titularidad ni él lo pretende, pero sí quiere garantías de que el rendimiento en el césped va a estar por encima del nombre en la camiseta. Está ante la gran oportunidad de su vida porque la baja puntual de Cristiano le sitúa en la parrilla inicial como titular. Si aprovecha la ola y la revienta desde el principio va a obligar a Zidane a cumplir su palabra de que jugará el que más lo merezca. Y Morata está obsesionado con merecerlo…