La cronoescalada de ayer reflejó lo que viene demostrando Chris Froome durante todo el Tour de Francia: es el más fuerte sin ninguna duda. Además observamos que cuando corre individualmente sin equipo, como es el caso de una contrarreloj, sigue siendo el rival a batir. Salvo catástrofe, sentenció su tercer Tour incluso faltando un par de etapas alpinas de bastante dureza. La lucha estará en ocupar los otros puestos de privilegio del podio de París, ya que hay un grupo amplio de corredores que lucharán para acompañar a Froome.

El segundo clasificado, Bauke Mollema, puede que sea el que más justo de fuerzas vaya y acuse el cansancio en las exigentes etapas que quedan. Al británico Adam Yates, tercer clasificado, le puede pasar factura su juventud y, pese a estar mostrando un gran nivel, la tercera semana se le puede hacer larga mientras que Nairo Quintana, cuarto en la general, muestra dudas de hasta poder ocupar plaza de podio. No se está encontrando a gusto el colombiano en ningún momento, ya sea por la alergia, el viento... y que posiblemente las piernas no le responden como esperaba en un principio. Richie Porte, Romain Bardet y Fabio Aru también estarán en la pelea ya que están haciendo una carrera de menos a más y presentan grandes opciones de alcanzar un puesto de honor. El Sky y Froome están inalcanzables, las diferencias de este año con sus rivales son mayores que en la pasada edición y sólo queda aplaudir. Hoy el Mont Blanc nos despejará más dudas.