El ‘milagro’ del rugby español

Las Selecciones masculina y femenina de rugby son dos de los nueve equipos que España va a presentar en los Juegos Olímpicos de Río. Fue una clasificación obtenida a sangre y fuego. En un Preolímpico que disputaban dieciséis países y sólo se clasificaba uno. Los hombres tuvieron que ganar en cuartos a la mismísima Irlanda (12-7), y en la final, a Samoa (22-19); las mujeres obtuvieron la clasificación ante Rusia (19-12). No hubo milagro. Sólo trabajo y una acertada planificación, que arranca de cuando Alfonso Mandado era el presidente de la Federación Española de Rugby (2001-2012). Ambas Selecciones no han aparecido por generación espontánea. Cogieron el tren a tiempo, y llevan preparando este momento ocho años.

El rugby a siete existía antes de que el COI lo declarase olímpico en 2009. Pero fue a raíz de esa decisión cuando cobró fuerza en España. Mandado desarrolló un plan específico con un único objetivo: Río 2016. Al ser un juego menos físico, la captación de jugadores resultó más fácil. Sólo había que ser rápido, ágil y listo. Del resto se encargarían los técnicos. También comenzó a haber dinero procedente del plan ADO. Los jugadores se fidelizaron. Ya no tenían necesidad de buscar refugio en otros deportes. Los equipos de España en rugby a siete se hicieron realidad. Ahora están incluso en concentración permanente. Como si fueran profesionales. Como sucedió en Barcelona 92 con otros equipos. Los resultados han llegado. Y más que vendrán.