El abuso del valor del perdón

En marzo de 2013 Sandro Rosell no tuvo más remedio que reconocer que se reunió en su casa con los Boixos Nois durante la campaña de 2010 para crear una grada con el nombre poco equívoco de ‘Fanàtics’. También reconoció que durante un par de años vendió 110 entradas a diez euros cada una a seguidores vetados por la Policía. Rosell confesó obligado después de que las bengalas regresaran al Camp Nou y Catalunya Ràdio publicara los once folios de su pacto. Una reunión que el expresidente negó durante la campaña electoral hasta que no tuvo más remedio. Ese día, Rosell, que acusaba a Laporta de no retirar la condición de socios a los Boixos (‘sólo’ les sacó del campo) dijo que pactó con esos grupos porque “perdonar, también es un valor”

Después, Jordi Cardoner añadió que “no dijimos toda la verdad porque era campaña electoral”. Ayer, el mismo Cardoner anunciaba un “Espacio de animación” al tiempo que echaba a los socios del avión de los jugadores. Hay directivos que abusan del concepto del perdón, pero les va bien. El socio les perdona todas las mentiras.