Pogba, James, Isco y la capacidad de Zidane para doblegar voluntades

La mesa. Cómo sería ese momento en el que la situación de Pogba dio un giro tan inesperado. Podemos imaginar, incluso, a Florentino y Zidane sentados en una mesa del hotel Ritz Carlton de Montreal. “Presi, yo sólo quiero a Pogba… Y nada más”. ‘Y nada más’, esa coletilla que suena tan tenue cuando sale de los labios de Zidane y que ha servido a tantos imitadores cuando parodian el estilo sosegado del técnico, debió sonar muy convincente para el presidente. De otra manera sería difícil de explicar su cambio de postura con respecto al internacional francés. Del “ese jugador vendrá al Madrid por encima de mi cadáver”, frase que solía decir sin miramientos cuando empezó la concentración en Canadá, pasó al “estamos enredando”. Y ahora, como diría Mourinho, sólo cabe pensar que cuando hay humo, hay fuego.

En la sombra. Los movimientos sigilosos de Zidane han hecho el resto. Tiene hilo directo con el jugador y ha sabido mantener vivo en él el deseo de cumplir su sueño de vestir de blanco y estar a sus órdenes. Un plato de mucho mejor gusto, seguro, que volver a esa casa (Old Trafford) donde en otro tiempo le despreciaron. Por mucho que en ella esté ahora Mourinho. Zidane le ha dado tiempo al Madrid para que pueda moverse. Hasta la mala relación de Florentino con Raiola es un escollo salvable. El agente tiene símbolos de dólar por pupilas… Y nada más.

El comodín. Hay un elemento que podía beneficiar al Madrid en esa disputa que tiene con el United por Pogba. Es el comodín de Fabio Paratici, el director deportivo de la Juventus que tiene apalabrado desembarcar en el Bernabéu a un año vista, cuando finalice la sanción que la FIFA impondrá al Madrid por el caso de los menores. Paratici es la persona que mejor ha fichado en los últimos cinco años. A Pogba, por ejemplo, lo reclutó por 400.000 euros. Pero la lista es interminable. En los próximos días Paratici podría interceder por el Madrid y no en favor del United, y apuntarse un tanto que le vendría de perlas para el futuro. Porque a Florentino, eso de tener un director deportivo no le convence del todo, y cualquier ayuda para recalar en el Madrid le vendrá de perlas al ejecutivo italiano.

La duda. Zidane podrá decir una y mil veces que James se queda. Regala esas frases a los oídos de su presidente, que prefiere vender a Isco y quedarse con el colombiano. Pero sólo con Isco no se financiaría el fichaje de Pogba. Y Zidane le quiere, más que a James y todo lo contrario que Florentino. Como el técnico termine también doblegando la voluntad de su presidente en esto, el que va a terminar poniéndose celoso de verdad es Mourinho, el único al que hasta ahora se había entregado incondicionalmente.