Gameiro, el gancho del Cholo

Aunque mi prioridad era Diego Costa como delantero que acompañe a Torres en la responsabilidad del gol, la llegada de Gameiro me parece más acertada que la que hubiese supuesto Higuaín o las que en su día fueron Mandzukic o Jackson. De Diego me gustaba que ya venía con la lección aprendida de lo que requiere jugar con el Cholo. Costa tiene la gran virtud, que al igual que el perro del pastor, de dirigir a un defensa, como si de una oveja se tratase, al rincón donde se quedaban sin salida de balón, facilitando la presión de sus compañeros. De Costa también me encanta su capacidad de alterar a los centrales, de subir las pulsaciones de su marcador y de elegir el momento oportuno para mandar presión. Esos movimientos de presión debe de adquirirlos Gameiro porque lo del trabajo ya lo trae interiorizado de Emery, un entrenador de filosofía parecía al Cholo. El francés es ideal para salir a la contra, es un especialista a la hora de estar agazapado y soltar picaduras mortales. 67 goles en tres temporadas en el Sevilla le avalan. Y tendrá su Banega particular en la persona de Koke, una sociedad que ilusiona mucho.

Gameiro tiene que ser el jugador que aproveche el maravilloso trabajo defensivo de este equipo para, con espacios, terminar por noquear al rival. Gameiro es de pocas asociaciones, directo y vertical, de pocas ayuda en la elaboración, unas características ideales para el cholismo.

Me gusta el gancho que adquirió el Atlético de para la temporada 16-17. Una campaña, la misma que al final solo firmó Fernando Torres, anteponiendo una vez más las necesidades del club a las suyas, sin reprochar promesas o agarrarse a ellas para pegar un triple pelotazo en otro continente. Me gusta un Gameiro en la vida del Cholo igual que un Torres en el corazón de un Atletico.