Servicios médicos, la piedra en el zapato de un Madrid otra vez feliz

Karim. La lesión de Benzema aparece como el único contratiempo en esta pretemporada idílica a los mandos de Zidane. El buen rollo ha vuelto a ser instalado por el técnico en la plantilla. Un estado de ánimo que tuvo su precuela (en realidad, a su gran inspirador) en Ancelotti. Pero hay un problema surgido de aquella primera época feliz (uno muy gordo a ojos de los jugadores) que sigue latente. Es el cuerpo médico dirigido por el doctor Olmo. La lesión del delantero francés que hace que peligre la Supercopa para él ha vuelto a poner el tema de actualidad.

Juan Muro. La dolencia crónica en la cadera de Benzema no termina de dejarle arrancar. En el club dicen que todo estará solucionado cuando regrese a Madrid. No cabe duda. Allí podrá tratarse por fin con Juan Muro, uno de los fisios despedidos por el doctor Olmo en su gran criba del verano pasado. El delantero sigue visitando una vez a la semana a Muro, lo que le permite jugar con tranquilidad, como el Madrid sigue transigiendo que otros de sus futbolistas sean tratados por Pedro Chueca, otro despedido de Olmo (que ahora factura más dinero que cuando estaba fijo en plantilla).

Protestas. Seguro que recordarán dos declaraciones que hicieron mucho ruido el pasado mes de noviembre, cuando el Madrid de Benítez hacía aguas. Primero fue Ramos quien habló abiertamente del jefe de los servicios médicos. “El problema está ahí”, llegó a decir de Olmo. “Pero ya lo pondremos encima de la mesa cuando acabe la temporada…”. Luego fue Cristiano quien remató con otra aseveración: “Es muy difícil ganar una competición si se te lesionan los mejores. Esto no pasa en otros equipos…”.

La piedra. Pues ya ha llegado el momento de hablar del tema, pero todo sigue igual. El doctor Olmo continúa al frente del departamento y Florentino empeñado en su idea de mantenerlo en el cargo. No quiere que los jugadores se salgan con la suya. No le importa que aparezcan con frecuencia en las redes sociales fotos de los futbolistas siendo tratados por los fisios despedidos por el doctor Olmo (fotos que los propios jugadores ‘cuelgan’) o que Cristiano vaya a pedir por contrato tener a un fisio personal de su confianza en el vestuario. Cualquier desgaste de imagen para el Madrid como institución es un mal menor para el presidente frente a lo que supone para él dar su brazo a torcer en este tema. Es la única piedra en el zapato para este Madrid que Zidane, como hizo Ancelotti, ha instalado en el estado de felicidad.