Tiago es el equilibrio. La cabeza pensante y el que da coherencia a sus compañeros. Su ausencia, por la maldita lesión, en la final de Milán fue un factor decisivo para no conseguir la victoria. El portugués ha explotado positivamente en el Calderón. En la Premier y en el calcio se fue formando y de la mano de Simeone se ha convertido en un auténtico medio centro de lujo. Junto a Gabi siempre sabe dar la pausa adecuada al fútbol que propone el Cholo. Prácticamente es el entrenador en el campo y, además, la mejor ayuda para los defensas en los momentos de agobio: tapa los huecos cuando hay desajustes.

Y a la hora de sacar el balón con criterio desde atrás, sus compañeros le buscan. Se ha convertido en la referencia de la propuesta rojiblanca y no es extraño que la grada del Manzanares lo haya convertido en uno de sus ídolos. Incluso está siendo muy positivo para el futuro de Koke. Le está enseñando cómo se tiene que desenvolver en el que será el verdadero puesto del internacional. La gran incógnita de este año va a ser saber si Simeone, con sus cuatro centrocampistas, apuesta por la pareja Gabi-Tiago o hace fijo a Koke y uno de los dos veteranos tiene que estar en el banquillo. No habría problemas. Tiago es de los que hace vestuario. Un jugador que ya es un icono atlético. Ojalá tenga suerte y pueda ofrecer un gran rendimiento a unos hinchas que le adoran.