¿Dónde está la MSN?

En la UEFA no se dejan llevar por ideas preconcebidas ni por estrategias propagandísticas. Por mucho que haya gente empeñada en hiperbolizar las excelencias futbolísticas de la denominada MSN, la realidad te acaba poniendo en tu sitio. Al final, en el podio del día 25 para elegir al Mejor Jugador del año no están ni Messi, ni Luis Suarez, ni Neymar.

Sin embargo, en el podio de finalistas aparecen con todo merecimiento Cristiano, Bale y Griezmann. Un canto al fútbol madrileño que tuvo su premio con la segunda final de Champions entre Real y Atleti en los últimos tres años. Aquí no se trata de premiar un penalti tirado con tanta picaresca que supuso una falta de respeto al rival (recuerden el famoso penalti de Messi y Luis Suárez al Celta). De lo que se trata es de levantar los títulos que te acreditan como el mejor. Cristiano, que sigue al día con Hacienda, levantó en mes y medio la Undécima con el Madrid y la Eurocopa de selecciones con Portugal. Esos son hechos y no palabras. Cristiano no necesita que una batería mediática bien engrasada esté diciendo todo el día que es el mejor, simplemente lo demuestra. El portugués es el gran favorito para ganar el trofeo UEFA el próximo día 25.

Muy significativas son también la presencia de Bale y Griezmann. Justísimas ambas. El galés fue uno de los mejores en la final de Milán (su profesionalidad en la prórroga para aguantar los calambres quedarán para el recuerdo) y aupó a una selección debutante como Gales hasta las semifinales de la Eurocopa. Bale ha firmado una temporada en modo crack y este podio puede ser el aperitivo de la conquista futura de galardones mucho más importantes… Y Griezmann se ha ganado codearse con los mejores con su temporadón con el Atleti y con esa espléndida Eurocopa con Francia en la que fue Bota de Oro y el artífice de que los ‘bleus’ llegaran hasta la final de París.

¿Y Messi? ¿Y Luis Suárez? ¿Y Neymar? De los tres, el único que tenía derecho a reclamar un sitio es el uruguayo. Sus goles son los que de verdad le dieron la Liga al Barça. Pero Messi y Neymar sólo han sido un castillo de fuegos artificiales. A la hora de la verdad, como sucedió en los cuartos de Champions ante el Atlético, se diluyeron como un azucarillo. Messi, además, ha puesto un borrón que tendrá más daños colaterales con ese penalti fallado ante Chile y su posterior adiós a la albiceleste. Los grandes nunca huyen. Y Neymar ha dejado destellos de clase, pero le hemos visto más en sus fiestas de Brasil que firmando actuaciones decisivas en los partidos de verdad. Por lo tanto, sólo se me ocurre una reflexión final: ¿Dónde está la MSN?