Argentina, México y el caos del fútbol olímpico

El fútbol olímpico es tan poco natural que convierte lo ilógico en lógico. Sorpresas como las tempranas eliminaciones de México y de Argentina, las dos últimas campeonas, reafirman esta inclinación hacia el caos. Ocurrió con España en Londres 2012. Nadie imaginaba aquel varapalo. Lo de Argentina sí se veía venir, sobre todo en los despachos. La AFA recibió negativas de Juventus e Inter por Dybala e Icardi, tuvo problemas hasta con River y Boca para la cesión de jugadores y todo derivó en la renuncia casi sin margen del Tata Martino. El castigo a tal negligencia es el fracaso estrepitoso de un equipo con talento: Rulli, Lo Celso, Correa, Calleri...

Lo imprevisible del fútbol olímpico acecha hasta a Brasil. De hecho, la selección más laureada del mundo jamás ha conquistado el oro. Al menos esta vez salvó el 'match ball' ante Dinamarca con un buen Neymar y un mejor Gabigol, el delantero del Santos que está siendo el mejor de su selección. Los daneses apenas habían preparado el torneo, también hay que decirlo. Así, entre tanta mediocridad conviene destacar al alemán -sin sitio en el Arsenal- Gnabry y al delantero nigeriano Etebo Oghenekaro, fichado recientemente por el Feirense de Portugal. No parece mucha cosa, pero es lo que hay. Fútbol rándom el olímpico. Eso siempre.