La chica con una sonrisa de medalla

De ella, lo primero que te llama la atención es su sonrisa. Dulce, directa, Lydia Valentín siempre la lleva en la boca. Y es de las que iluminan. Lo demostró en la última Gala de AS, donde deslumbró. Ayer la lucía en Río y volaba, directa, 8.197 kilómetros, la distancia en los mapas entre Brasil y Ponferrada, León. Una ciudad donde el pasado fin de semana, en todas partes, calles, bares y conversaciones, ya se hablaba de un día en estos Juegos. Ayer, 12 de agosto, 20:30 horas, la medalla de Lydia. Nadie dudaba de que la conseguiría.

Oro en Londres, no fue lo mismo. Entonces no se subió al podio: las tres primeras fueron descalificadas por dopaje. La cuarta fue ella, la campeona. Ayer alzó 141 kilos como quien levanta un boli. Después gritó. Y sonrió. Acababa de enviar a casa la última de sus postales. Otro metal, ahora de bronce. Le buscará hueco en esa estantería que, en su habitación del Bierzo, ya tiene llena. Mientras, los leoneses, sacamos pecho, orgullosos de nuestra Lydia, la chica con esa preciosa sonrisa de medalla.