Guga Kuerten

Nadal es el espíritu olímpico

Rafa Nadal es el ejemplo más grande del espíritu olímpico que tenemos en el tenis. Un ejemplo que también hemos podido ver en Juan Martín del Potro, por su largo historial de lesiones y la forma inspiradora con que se comportó durante toda la semana que ha durado el torneo. Creyó que podía vencer a dos de los mejores tenistas de todos los tiempos y lo consiguió. ¿Pero y Nadal? Un deportista que ya ha conquistado todo, que tiene la vida resuelta, que hizo de abanderado de España con la máxima ilusión y se ha predispuesto a comprometer su mejor rendimiento hacia dos medallas. Y una de oro, la de dobles que ganó el viernes, al lado de su amigo Marc López, dando una alegría enorme a su país. Un hecho histórico y emocionante.

Nadal ha afrontado un esfuerzo inhumano esta semana. Frente a Del Potro estaba destrozado. Y no se quejó. No bajó la cabeza. Se quedó ahí persistiendo en su objetivo, su misión, con una dignidad que conmueve. Como exjugador y fan del tenis, tengo que dar las gracias a Nadal por el ejemplo que ha dado aquí en Río de Janeiro. Lo que hizo en estos Juegos es un ejemplo que todos tenemos que llevar a nuestras vidas. Seguro que Rafa se sintió muy decepcionado por no poder luchar por el oro individual, que se fue casi llorando, pero tras el enfado y la adrenalina, él tendrá la satisfacción de que en Río fue el mejor Nadal posible. Que es un genio, que es brillante. Yo me he puesto en pie para aplaudirle, y mucha gente hizo como yo. Rafa se lo merece.