El poderío de la BMA

Todos a una. El esperado estreno liguero del Madrid de Zidane (Capítulo II) salió redondo. A pedir de boca. La falta de cinco titulares resultó un alivio más que un problema. Los meritorios están derribando la puerta y Zizou se la abre encantado. Ver en el banquillo a Isco, James y Lucas Vázquez fue un acto más de personalidad del marsellés, empeñado en hacer parada y fonda en el banquillo del Bernabéu hasta que el Museo de La Castellana tenga que afrontar una ampliación para meter tanto trofeo en sus envidiadas vitrinas. Vimos en San Sebastián un equipo solidario, sin fisuras, con todos remando en la misma dirección, sacrificados en el repliegue y generosos en las incursiones ofensivas... Un equipo-equipo. Así puede soñarse, como dice mi amigo Christian Paredes de la Peña Sur de California (Los Ángeles, EE UU): “Tomás, 1 down, 4 to go!”. O sea, que ya ha caído un título (Supercopa de Europa) y está a tiro el reto de los otros cuatro (Liga, Champions, Mundial de Clubes y Copa del Rey). ¡A por la manita!

Sin añoranza. Nos hemos cansado de hablar estos años de las indiscutibles excelencias de la BBC. Lógico y merecido. Dos Champions casi seguidas a sus espaldas con los tres megacracks en el once titular. Pero ante las ausencias del gran Cristiano (máquina, vuelve al 100% y sin correr riesgos que la temporada será muy larga) y de Benzema, Zizou ha diseñado un plan B con un trío maravilloso en ataque. En Anoeta nació la BMA (Bale-Morata-Asensio). Tres fieras, tres talentos superlativos, tres superdotados para imaginar cómo desbaratar las baterías defensivas del enemigo. En 80 segundos, ya había caído el sistema de protección de Eusebio Sacristán con una triangulación milimétrica entre Ramos y Carvajal que concluyó con un cabezazo imperial de Bale. En Anoeta, la locomotora galesa se siente como en casa. Cardiff y San Sebastián son dos ciudades preciosas y con un clima similar. Aquí, Gareth está en su salsa. Cuatro visitas, cinco goles. Imperial. Por cierto, tras 124 partidos de blanco suma 60 goles, superando ya en uno a Sergio Ramos (59) y teniendo sólo por delante en la actual plantilla a Cristiano (364) y Benzema (161). El jueves luchará en Mónaco con Cristiano (gran favorito) y Griezmann por ser el mejor jugador del año. Candidatura más que merecida.

Raúl ha vuelto. El eterno capitán hubiese firmado el golazo de cuchara que Asensio nos regaló ante el espléndido Rulli. El mallorquín no va a dejar mal a Zidane. Sale a golazo por partido. Y también veo a Raúl González en el espejo de Morata. El canterano hizo un partido de delantero moderno, abriéndose a las bandas, fabricando espacios donde no los había y volviendo loca a toda la zaga donostiarra. Sólo le faltó el premio del gol. Ya llegará, crack.

La Real. Eusebio no termina de dar con la tecla. Cierto que cada año que pasa, por aquí el Barça sale trasquilado. Pero ver en el banquillo a Vela, un jugón total, y al capitán Xabi Prieto permite pensar que ahí ocurre algo. No presionan como en los viejos tiempos y fue el Madrid el que impuso su mejor físico y actitud. Kovacic es el ejemplo.

Un Madrid olímpico. Usain Bolt confiesa su madridismo, como lo son Nadal (¡héroe!), Orlando Ortega (plata de ley) y Phelps. Me trasladan su alegría existencial las peñas ‘El Trampal’ de Alcuéscar (Cáceres), Ampuero (Cantabria) y El Buitre de Ciempozuelos. Felizidane.