La calma y tranquilidad con que seguramente Cristiano aguarda ser proclamado mejor jugador europeo, deben ser iguales a presidir la gestión de los tiempos que lo habrán de llevar al regreso a la actividad. Las vacaciones que ha disfrutado y que quizás hayan podido parecer un poco agitadas, habrán servido para desconectar, algo necesario para quien ha vivido la tensión de haber disputado y ganado, en pocas semanas, dos finales europeas. Con la mente despejada, ahora toca cuidar el estado físico sin prisas. Un regreso apresurado y sin garantías no tendría ningún sentido. Quizás deba ser el mismo Cristiano quien anuncie que se encuentra en perfectas condiciones para volver a competir.

El parón de LaLiga juega a su favor y servirá para alcanzar la definitiva puesta a punto. Salvo enorme sorpresa, Cristiano no será convocado para el partido amistoso de la selección portuguesa contra Gibraltar y el oficial frente a Suiza. Fernando Santos conoce mejor que nadie el alcance de la lesión que Cristiano sufrió jugando a sus órdenes, y por mucho que le cueste no poder contar con él, sabrá respetarlo. No hará nada que pueda poner en riesgo su recuperación. Lo sensato es esperar a que Cristiano vuelva en plena forma.