Modric estuvo por encima del partido en el día de ayer. No es la primera vez ni será la última. Ya hemos escrito en estas líneas en numerosas ocasiones sobre las virtudes del croata, ya que es una auténtica delicia verle jugar al fútbol. El equipo no estuvo fino, el Celta cortaba casi todas las líneas de pase y costaba encontrar soluciones. A todos menos a Modric. Él siempre tiene respuesta. Ese primer toque delicioso con el que es capaz de eliminar rivales, está al alcance de poquísimos futbolistas en el planeta.

Dinamismo y movilidad constante son otras de sus cualidades y hacen que sea muy difícil de controlar por los rivales, aparece por cualquier parte del campo para ofrecer la claridad del que casi siempre toma la decisión adecuada. Zidane le pidió desde su llegada que disparase más a portería y ayer nos dejó tres maravillosas muestras de su gran y preciso golpeo de balón. Un futbolista genial.