Javier Martín del Barrio

Derrocha coraje y corazón

Disculpen el expolio, hinchas del Atlético. Sé que la frase cala hondo en sus almas rojiblancas. Sé que la llevan tatuada en sus pupilas. Pero ayer no fue de su equipo. Se las robó un luchador de Bergara y 14 bregadores vestidos de blanquiazul. Ayer hubo derroche de coraje y corazón, pero no fue el Atlético el autor de semejante tributo al esfuerzo convertido en fútbol, al sacrificio mutado en forma de vida. Le tocó el turno a un Leganés excelso en eso que al sur de la M-40 llamamos ‘Garitanismo’, esto es, la doctrina de Asier: ser grande en la humildad. Crecerse en la solidaridad. Y con estos pilares quiso el debutante en Primera anular al subcampeón de Europa.

Molestar entre grandes como decía el Cholo que molestaban los suyos hace no tanto tiempo. Una trampa, la de Butarque, peligrosamente preparada para advertir a los galácticos de la élite que vencer en sus fronteras no será sencillo. Que deberán dar mucho más que un rival metido entre gigantes sin temor alguno. Eso es ser del Lega. Están advertidos. Por Madrid los colchoneros ya no son los únicos que derrochan coraje y corazón.