El duelo que no se pudo ver en el Tour se vio ayer en la Vuelta. Un duelo de gigantes de los que sobreviven Quintana y Froome. Ahí se metieron Valverde y Contador. Uno resiste como puede; el otro llega hasta donde las fuerzas se lo permiten. Pero lo intenta. ¡Bravo! Y por ahí sigue Chaves. Nunca se le espera, mas siempre aparece. La Vuelta, por fin, se rompió. Lo hizo a lo grande. Con una batalla tan auténtica, que los Lagos dejaron perfilado el podio de Madrid. Cinco ciclistas, los cinco nombrados, son los candidatos a ocuparlo. Los Lagos también anunciaron que la Vuelta es cosa de dos. De Quintana y de Froome. Tomen partido, porque el duelo va a ser colosal. Ninguno de los dos tiene la Vuelta en su palmarés; los dos la quieren.

Quintana necesita ganar el tiempo que perderá en la crono, y Froome necesita no perderlo. Etapa grande de montaña, de las que gustan a los escaladores, está la del Aubisque, por territorio francés y con tres primeras antes. En el Tour, hubo empate técnico entre Froome y Quintana en la montaña. Froome fue 13 segundos mejor en los Pirineos; Quintana, 14 segundos mejor en los Alpes. Al colombiano le destrozaron las cronos. Perdió 2:05 minutos en la de 37 kilómetros, y 1:10 en la de 17. En la Vuelta hay una de 37. Pues a Quintana aún le hace falta como mínimo un minuto más de diferencia para defender su candidatura. Queda Peña Cabarga, Formigal, Llucena del Cid, Aitana... más la etapa del Aubisque. ¡Hay Vuelta! Y entre dos gigantes.