Bou se cuela en los circuitos

Podría hablar de lo bien que crece Maverick, genio ayer en Silverstone para bendición de Suzuki, o de lo mucho que corrieron los Mercedes en Monza, podría, pero es de justicia situar la moto de Toni Bou en lo más alto de todo el fin de semana. Ganó en Italia su 20º Mundial, ya no nos quedan dedos en la mano para contarlos, se agotan los elogios ante un palmarés más alto aún que los riscos por los que trepa el de Piera.

Toni lleva ganando el Mundial (aire libre e indoor) ininterrumpidamente desde 2007. Aún no éramos campeones del mundo de fútbol, no sabíamos lo mucho que ahora sabemos de bádminton y ningún español había ganado un anillo de la NBA. Desde ese 2007, el piloto catalán no ha hecho otra cosa que engordar su palmarés hasta los 255 triales, 136 victorias, 190 podios y 4.191 puntos. Números de vértigo. Bou suma títulos y luego acostumbra a visitar las redacciones subido en su Montesa. Pasa el control de seguridad, sube con ella por las escaleras, cruza entre las máquinas de café y derrapa por la moqueta hasta plantar su rueda delantera en nuestra misma mesa, entre teclado y ratón. Quizá la próxima vez su neumático golpee un par de veces más nuestro lugar de trabajo, como queriendo llamar la atención. Haría bien. Hay veces en que el árbol no nos deja ver el bosque y olvidamos a muchos campeones que hacen grande el deporte. Como Toni.