La junta lanza y desactiva un globo sonda desde New York

No se lo pierdan. No cabe en si de gozo la junta de Bartomeu después de desembarcar en New York, plantar la bandera del Barcelona en la fachada del imponente Waldorf Astoria, iluminar el Empire State con los colores blaugrana e invitar a Raúl González, el mismo que después de marcar en el Camp Nou con la camiseta del Madrid mandó callar al público, a inaugurar la oficina del club en la capital del mundo. Una actuación que confirma al Barcelona como una de las principales marcas del mundo. Ya se sabe que quien quiera vender su producto está obligado a abrir oficina en el centro del cotarro. El Barça hace bien en entrar en New York tan desacomplejado como cuando Lola Flores llegaba a Estados Unidos dispuesta a llenar el Madison Square Garden y al día siguiente en la crítica del New York Times se leía la célebre frase de “no sabe bailar, no sabe cantar, pero por favor no se la pierdan”. A eso ha ido el Barça a América, a que no se lo pierdan.

Los perdidos. Pero los que de verdad andan perdidos son los socios que vieron como aprovechando el viaje a Estados Unidos se activaba y desactivaba en cuestión de horas un globo sonda difícil de interpretar. Aterrizó Bartomeu en América con la filtración a medios más que solventes en estas cuitas de que la junta estudiaba retirar el recurso de la acción social de responsabilidad contra Laporta y algunos de sus directivos. Tras pasar una noche en New York, el globo se desactivó. Compareció Bartomeu y dijo que eso de retirar el recurso no estaba en el orden del día de la próxima junta y que no estaba previsto que los socios se pronunciaran en asamblea al respecto. Todo muy extraño, especialmente cuando está previsto que el 21 de este mismo mes se sepa si se acepta el recurso de la junta contra sus predecesores.

La ciudad que nunca duerme. Será por el cambio horario, porque ahí vive Donald Trump o porque estaban en la ciudad que nunca duerme con Ronaldinho y Stoichkov, pero lo cierto es que más allá de la estupenda campaña de imagen que se ha regalado el Barça, en New York han pasado cosas raras como que las camisetas colgadas en la sede neoyorquina del club no haya rastro de la publicidad de Qatar o que se tiendan y vuelen puentes de diálogo con sus archienemigos a la velocidad del rayo.