La crisis del ciclismo español

Una sola victoria española en la Vuelta. No es de extrañar. Nuestro mejor equipo, el Movistar, que a su vez es el mejor del mundo, tenía un líder, Quintana, a quien había que proteger. Todos los esfuerzos iban dirigidos a que él fuera el vencedor, no a ganar etapas. Teníamos otro equipo español en la carrera, el Caja Rural, pero tan modesto que fue invitado directamente. Así que ese único triunfo de etapa nos llegó a través de un corredor, David de la Cruz, que milita en el Etixx-Quick Step, un equipo belga que anuncia nutrición deportiva y laminados de suelo. Además, españoles en la carrera tampoco teníamos tantos. Nada más que 27. Menos que franceses (34) y belgas (29). Consecuencia de la crisis del ciclismo español.

Hubo un tiempo que en España los equipos no bajaban de media docena, pero los escándalos de dopaje fueron alejando a las empresas del ciclismo. Menos equipos, menos ciclistas, menos triunfos. Hay también otra razón: mientras algunos países, sobre todo Francia, tomaron medidas inmediatas para combatir el dopaje, aquí seguíamos mirando para otro lado. Resultado: nos hartamos de ganar etapas en la Vuelta. Nada menos que 118 desde 1996, que fue el año de la retirada de Indurain y no ganamos ninguna. Muchas de esas victorias fueron protagonizadas por ciclistas que acabaron saliendo por la puerta de atrás. Ahora corren nuevos tiempos, no gozamos de ventajas y estamos donde estamos. Habrá que trabajar mucho.