Morata tira de escudo

El Madrid tiene terminantemente prohibido rendirse hasta el final y eso lo ha mamado desde muy jovencito Morata. Por eso desde que el delantero entró en el campo no paró de intentarlo hasta la extenuación, tirando desmarques al espacio, presionando a los defensas y buscando con hambre y desesperación el gol. Su remate de cabeza fue el premio merecido a la forma en la que un suplente tiene que afrontar los minutos que le da su entrenador. Zidane ha dejado claro en varias ocasiones (quizás demasiadas para mi gusto) que la BBC es intocable...

Pero es evidente que si Álvaro mantiene este espíritu competitivo y la fortaleza mental necesaria para asumir su rol le va a poner las cosas muy difíciles a su entrenador. Morata ha esculpido el físico, ha endurecido el gesto y ha apretado los dientes en busca de un gran objetivo: que Zizou no tenga tan claro que arriba tienen que ser titulares siempre los mismos.