En alegre compañía

Este de ayer, y el del martes pasado, por cierto, cuando ganó 7-0 al Celtic en la Champions, es el Barça más sonriente de la historia reciente. No porque marque, que también, sino por cómo marca. Son alegres los que golean, alegres son también los que pasan, y alegre es la defensa, a la que Umtiti ha entrado como la mano en un guante. Es alegre hasta Arda Turan, que ya no es titular, y es alegre Messi, que antes era un genial futbolista y un sombrío ciudadano. Es alegre Luis Suárez, que se lleva bien hasta con su sombra, y es alegre Neymar, que ayer se enfadó con su paisano Rafinha y protagonizó una de esas tonterías que le darán vergüenza también a sus nietos.

Entre las alegrías del partido hay que contar el gol del Leganés, celebrado por la grada con una satisfacción que honra a una afición que asistía a un estreno duro pero feliz en Primera ante un Barcelona sembrado. Claro, no se vio alegre a Ter Stegen, pero esa es una manera de ser.