Cristiano cierra bocas, pero el Real Madrid no cierra partidos

Un partidazo de fútbol. El Borussia Dortmund es uno de los cinco mejores equipos de Europa. El equipo de Tuchel respondió a todas las credenciales que se le suponían: es dinámico, toca mucho y bien, maneja los espacios, genera innumerables ocasiones porque está trabajadísimo. El Madrid no pareció mejor en el cómputo del partido, pero le pudo noquear y no supo hacerlo. La maldición del amarillo que no cesa. Tres empates consecutivos.

Los prejubiladores de Cristiano. Si una virtud tiene CR es la transparencia. Sus reacciones son cristalinas. El cambio en Las Palmas le sentó a cuerno quemado, pero no solo por Zidane, sino por él mismo. Cristiano es un perfeccionista y se enfada mucho consigo mismo cuando no está a su nivel. El análisis sobre cualquier futbolista extraordinario tiene que salirse de lo común. Si Cristiano ha llegado a la cima del fútbol y ha tuteado a Messi como mejor jugador del mundo todos estos años, es por su manera de ser y su forma de sentir. Eso sí, la salida de la lesión y su consiguiente bajo momento físico ha servido ya a los prejubiladores de turno para empezar a vislumbrar su declive. Cristiano es mucho Cristiano. Los goles se le caen, da pases de gol y no se cansará de cerrar bocas.

Falló Ramos y luego Keylor. El error del meta blanco fue grosero, demasiado para un partido así, pero antes de eso había hecho dos paradas extraordinarias. Aunque las cámaras mirasen al tico, bien podrían recrearse en el error en la salida de balón de Sergio Ramos, que provocó la falta anterior. El de Camas peca de exceso de confianza. Cometió dos graves en este partido. La reacción del portero, culpándose primero y pidiendo perdón a sus compañeros, habla de su autoexigencia y de que no es de los que miran a los demás para explicar sus errores. Después, se levantó con tres paradones. Es un fuera de serie.

La intrascendencia de Isco. Seguro que fue un palo para Marco Asensio quedarse en la grada, después de su buen partido que había jugado en Las Palmas, pero sabe que forma parte de las rotaciones de manera clara. James, que dio muy buen nivel, recuperó la titularidad en el día de la verdad. Isco es, sin duda, el peor parado en este inicio de temporada. Su insignificancia duele.