Vettel se marchita en Ferrari

Vettel no está. O si está, que la parrilla así nos lo dice, hablamos de un Sebastian que poco tiene que ver con el tetracampeón que coleccionaba campeonatos con Red Bull. El KO de Sepang es una nueva muesca. El año pasado, en la que era su segunda carrera con Ferrari, el alemán se llevó la victoria precisamente en Sepang, escenario en el que aterrizaba el Mundial este fin de semana. "Ferrari is back", dijo, un estribillo que nos sonaba a conciertos pasados. Al de Alonso, sin ir más lejos, que también se contagió del rojo pasión en su primera carrera con la Scuderia. Ganó en Bahrain. ¿Y luego?

Peores números que Alonso

Luego el fuego de Ferrari se apagó para el asturiano, que hizo las maletas y regresó a Woking, donde el jardín lo seguía cuidando su amigo Ron Dennis. Vettel también se dejó seducir por esa marca mítica que hace a todos girar la cabeza, ya sea en las calles de Nueva York o en las de Berlín. Los números hablan por Alonso en ese pulso ferrarista con Vettel. Once victorias por las tres que suma el alemán. Cuatro a uno en poles. Fernando apabullaba a su compañero de equipo, Massa, mientras que Sebastian pierde su duelo con Raikkonen. Números, sólo números, dirán algunos, pero podemos agarrarnos a los números o dejarnos guiar por las sensaciones. Y si es por esas, el tic, tac, tic, tac nos dice que la paciencia de Vettel, por muy alemán que sea, no es eterna.