El vermut le ha sabido a las mil maravillas al aficionado atlético después de ver a su equipo derrochar corazón y fútbol. Había alguna duda al ser un partido a las doce: calor y tras el desgaste terrible emocional y físico del miércoles ante el Bayern de Múnich. Ambientazo en Mestalla y un equipo con dos victorias y descansado entre semana. Pues pronto quedaron en el olvido esos argumentos. Simeone, al igual que el día del Depor con Albentosa, buscó los mosquitos Correa y Gameiro para picar a Mangala y jugando entre líneas dominaron el primer tiempo. A raíz del valiente cambio de Carrasco por... ¡Saúl! Y de la entrada de Torres fue cuando llegó la confusión en la defensa valencianista. Mientras ellos ajustaban, los delanteros del Atlético ya celebraban. Vimos a un Atlético inconformista. Vimos a un Atlético dominador que si no hubiese sido por el gran Alves hubiese ganado con holgura.

No es una novedad. Es la versión 16-17 con la que mayor brillantez están sacando a las victorias. Son muchos los nombres propios que podríamos sacar del partido de Mestalla: Gabi increíble, Lucas imperial, Carrasco desequilibrante... Pero me quedo con 'Soluciones Koke SA' Hágase la luz cada vez que Jorge Resurrección, Koke para todos, entra en contacto con el balón. Y me quedó también con el enorme derroche físico (Made in Profe Ortega) del Atlético. Mientras los del Valencia estaban con calambres, Gabi, Juanfran, Koke y Filipe no pararon de correr.

Y no me canso de decirlo: ver a Griezmann correr es ejemplo para los críos y admiración para los mayores. A Cesare Prandelli le queda mucho trabajo en el Valencia, sobre todo, desbloquear a unos jugadores mejores de lo que están demostrando.